¿Tienes un secuestro hormonal?
Dec 16, 2022Las hormonas orquestan todas las funciones de nuestro cuerpo.
Desde la forma en que nos sentimos físicamente hasta nuestro estado emocional y mental, todo está influenciado por el equilibrio hormonal. Cuando este equilibrio se ve alterado, se desencadena una cascada de síntomas y malestares que no deberían formar parte de nuestra vida cotidiana. Un desequilibrio hormonal persistente puede transformarse en un trastorno crónico, una enfermedad o incluso en un proceso de envejecimiento prematuro.
¿Sabías que lo que comes es clave para la construcción y el mantenimiento de tus hormonas?
El metabolismo hormonal está estrechamente ligado a la calidad de tu alimentación además de la salud de órganos como el hígado y el intestino, los cuales son directamente afectados por nuestra alimentación.
LO QUE COMES
Si nuestra dieta carece de los nutrientes esenciales para la síntesis hormonal, es poco probable que podamos mantenernos con energía, mejorar nuestro metabolismo o prevenir enfermedades. En su lugar, nos enfrentamos a la pérdida de cabello, disminución de la libido, problemas de sueño, aumento de peso y una serie de desafíos que afectan nuestra calidad de vida.
TU INTESTINO
Si el intestino se encuentra inflamado no puede digerir o absorber los nutrientes de los alimentos, por lo tanto, aún comiendo "saludable" se carece de los recursos que son parte estructural de las hormonas. El consumo crónico de antiácidos y el uso de antibióticos son otros detonadores importantes para la falla en las funciones del tracto digestivo y en la absorción de nutrientes. Por otro lado, en el intestino se encuentra un conjunto de bacterias llamado estroboloma que ayuda a regular a los estrógenos inflamatorios.
HIGADO
Si el hígado se encuentra bajo carga tóxica por el consumo de alimentos procesados con aditivos, productos de higiene personal, el consumo de alcohol y bebidas que son concentrados químicos como refrescos, yogurts comerciales, bebidas energéticas, licuados de "proteína" de baja calidad, se van a desperdiciar nutrientes en los procesos diarios de eliminación de toxinas y puede no haber suficientes nutrientes disponibles para los procesos de metilación de hormonas, uno de los procesos vitales para reducir las propiedades inflamatorias de los estrógenos que son la causa principal del desarrollo de miomas, fibromas, etc.
En la actualidad, una de las principales problemáticas hormonales que vemos en consulta afecta a mujeres jóvenes menores de 35 años, quienes padecen o se sospecha del Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), hipotiroidismo, endometriosis e infertilidad y experimentan trastornos en su ciclo menstrual, presencia de miomas, fibromas y síntomas como la dificultad para conciliar el sueño y falta de energía. Otro grupo de mujeres que vemos en consulta se encuentran en el periodo de perimenopausia, aquí el panorama se agrava ya que por no abordar el desequilibrio hormonal desde su origen, este desequilibrio progresa con los años y acumula los daños causados por los estrógenos inflamatorios o por la deficiencia de progesterona crónica, lo que resulta en síntomas exacerbados, impactando significativamente la calidad de vida, incluyendo la relación con su pareja, y sus relaciones familiares y sociales. Además de afectar en el rendimiento laboral.
Por supuesto que el exceso de peso es un síntoma común asociado al desequilibrio hormonal en personas de todas las edades.
¿Cómo identificar un secuestro hormonal?
A menudo, se confunde el problema con los síntomas.
Por ejemplo, si experimentas menstruaciones dolorosas o falta de deseo sexual, podrías consultar a un ginecólogo; si padeces de acidez estomacal y estreñimiento, considerarías un especialista en gastroenterología; si te sientes cansada, con niveles elevados de azúcar y colesterol, podría ser momento de visitar a un internista; si notas pérdida de cabello, tal vez un dermatólogo; si enfrentas ansiedad o depresión, un psicólogo; y si tienes dificultades de memoria o concentración, quizás un neurólogo.
Sin embargo, aunque todos estos síntomas se manifiestan de manera diversa y en diferentes sistemas del cuerpo, pueden ser consecuencia de un único problema: el desequilibrio hormonal que se detona por inflamación crónica de bajo grado (daño celular) a partir de lo que comes.
¿Y sabes qué? La mayoría de las mujeres piensa primero en un abordaje médico antes de considerar un cambio de alimentación y vemos que pueden pasar años con medicamentos y acumulando diagnósticos antes de considerar tener una consulta de nutrición, integral y personalizada, que le de los recursos al cuerpo que necesita para producir hormonas, digerir y absorber nutrientes a nivel intestinal y asegurarse que el hígado pueda realizar el metabolismo adecuado de las hormonas sexuales. Por supuesto que es necesaria una valoración médica para descartar patologías subyacentes de un desequilibrio hormonal, sin embargo, son muy pocos los casos que tienen por origen estas condiciones patológicas. La mayoría de las mujeres sufre de un secuestro hormonal por el estilo de vida y la calidad de la alimentación. Tu cuerpo no tiene deficiencias de medicamentos. Los síntomas son la forma que tiene tu cuerpo de pedirte ayuda, y es vital escucharlo, conocerlo y atenderlo.
El secuestro hormonal no es un evento aislado; es una experiencia que afecta todos los aspectos de tu vida. Aunque a veces puedas sentirte incomprendida o ignorada, hay soluciones y caminos hacia el bienestar que están a tu alcance. Sí es posible recuperar la vitalidad y el equilibrio. No estás sola.
Si ya no te reconoces a ti misma. Es tu cuerpo pidiendo ayuda.
También es posible que te resignes creyendo que es ¨la bola¨ (de años) o que es consecuencia natural de tu etapa de vida. Igual y también piensas que las enfermedades o los problemas hormonales son de familia: tu mamá, tu tía y tu abuela siempre hablaron de tener múltiples achaques asociados a las hormonas. Eran las conversaciones que escuchabas en casa. Es posible que tú misma le digas a tu hija que tener malestares y dolor es parte de ser mujer, que así son las hormonas. O peor aún, no le dices a nadie y lo vives sola, tan sola como miles de mujeres que ya ni hablan de ello porque ya cansaron a su pareja, amigos o familiares de compartir sus síntomas. Es hora de romper ese ciclo y tomar el control de tu salud hormonal.
Tener cólicos y dolor al menstruar no es normal. Tener ciclos irregulares no es normal. Tener dolor con las relaciones sexuales no es normal. Sentirte agotada, cansada, de malas, con cambios de emociones...no es normal.
“Eres un estuche de monerías” te han dicho.
“Siempre estás cansada”.
“¿Ya fuiste al doctor?”
Son las respuestas que recibes cuando compartes cómo te sientes.
Que te digan esto te deja claro que ya no te escuchan, que están hartos de tus quejas.
Te hacen sentir que estás sola.
No lo estás.
Para mí y para mi equipo de nutriólogas no hay nada más doloroso que escuchar que una mujer tenga años (¡años!) con tantos síntomas, manejándolos de forma aislada cada uno, con diferentes medicamentos, sin resolverlos : "Tengo 15 años con reflujo, inflamación intestinal y gastritis, mis ciclos son irregulares, tengo ansiedad y pre-diabetes y subo de peso muy fácil". Tu cuerpo es integral, no está dividido en partes, lo que le pasa a un órgano le afecta al otro. Lo que pasa abajo del cuello, pasa arriba del cuello (memoria, tartamudeo, letargo, ansiedad, etc.). Y es muy posible que TODO esté relacionado. Arreglemos el intestino, el hígado y cambiemos la forma de comer. Haciendo esto te vas a sentir bien.
Por ti, por tu salud,
Lucía
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LNCA. Lucía Chávez, IFNCP -Nutrióloga Integrativa y Funcional Certificada en Estados Unidos. NC. Nutrióloga Certificada en México por el Colegio Mexicano de Nutriólogos.